Tu eres la anestesia voraz
que me atraganta impúdica
lechosa, abundante flor líquida
que me deja tieso el discernimiento y el pudor.
Pistilo de mis enjambres,
me abres el incendio de tu boca
para beber de ti gota a gota
gota a gota
insaciable,
terrible,
así....como bestia sin jaula
sin tregua.
Asesino de mi sed,
chorro, caudal, manantial de miel agridulce
¡hoy lavo, enjuago, refriego mil quinientas veces!
palabras embrutecidas
susurros de vértigo
lavadero de mi ausencia,
cría de mi grito, eso eres.
El agua que he llorado y no he tenido antes
arroyo carnal,
arroyo matutino enfurecido.
Con tu piel histérica
yo voy a menguar mi hinchada voz.
Con todo eso que sale de tu divino vientre sudoroso y fracturado;
ése tu vaivén quietecito yo voy a usar para flotar
en tu blanco, transparente,
mito relampagoso de lujuria.
Quiero lanzarme al secreto insecticida de tu bosque
y ahogarme maravillada de tu vida palpitante,
en todo mi cuerpo,
en mis dientes enajenados de tu lluvia,
toda yo, plagada del insomnio eléctrico de tu melaza,
mi melaza.